martes, 13 de noviembre de 2018

ADIÓS PROFESOR



                                                        ADIÓS PROFESOR
(el sábado 10 de noviembre conocí el fallecimiento de mi antiguo profesor de lengua Francisco Tarajano Pérez, este es mi pequeño homenaje a quién, junto con mi padre hicieron que hoy sea profesor de lengua)

      Todavía recuerdo la última vez que lo vi. Estaba sentado en la puerta del Instituto Pérez Galdós con mis notas de COU en la mano, usted salía del instituto y me preguntó qué iba a estudiar. Filología Hispánica le respondí, quería hacer periodismo, pero la situación económica no me permitía salir de la isla, nuestra Universidad todavía no existía en el año 86, y también mi profesor de lengua en mi etapa de BUP y COU durante tres cursos, influyeron para que eligiese una carrera maravillosa.
        Surgen un montón de recuerdos después de 32 años. Si le dijera que todavía conservo la libreta de COU no me lo iba a creer. La guardé porque sabía que algún día la volvería a usar y sinceramente vale mucho más que los libros de texto de hoy día. Empezaba con un texto de García Márquez que nos dictó y trabajamos desde la ortografía hasta el análisis morfosintáctico y semántico.
       Fue en septiembre del 81 cuando me acerqué tímidamente a su mesa y le pregunté si conocía a mi hermana a la cual le había dado clase en las salesianas, y también fue en 1º de BUP cuando metí la pata en clase delante de mis compañeros con la 2º persona del pretérito perfecto simple; no se dice "comistes" sino "comiste", fui objeto de burla, pero el cariño como me corrigió aquel error gramatical me dio a entender que no era un profesor como los demás.
       Seguimos juntos mi primer año de 2º de BUP, mi año loco, pero aprendiendo a admirar el gusto por la poesía y conociendo sus poemas, era habitual que llegara por la mañana con algún poema suyo para analizar, lo más llamativo es que lo había compuesto por la mañana, se levantaba a las cinco a escribir, y eso era fruto de la dedicación constante a su otra pasión, la poesía. Compré varios libros de mi profesor y tengo alguna dedicatoria. Y llegó COU mi último año, del que presumo que aprendí a dominar el comentario de texto y que gracias a eso aprobé alguna asignatura de la carrera. Como dije al principio guardé la libreta y conservo su letra porque nos daba hojas con innumerables oraciones para analizar sintácticamente para preparar la selectividad. Y cómo no el cuento que me pidió y en el que saqué un 10, no cabía en mi de alegría, ¡un diez de Tarajano!
       Aprendí a respetar mi tierra, cuántas veces nos dijo con enfado cómo nos la estaban robando y siempre recuerdo sus palabras sobre las agrestes tierras del sureste y sus críticas a la explotación del sur. Nos pedía compromiso, ese que seguro que tuvo hasta el final de sus días.
        Sólo me queda decirle adiós profesor y gracias por esos años en los que aprendí a amar las letras y como decía mi padre, me hice humanista.



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